Dijo el obispo SAN ANTONIO MARÍA CLARET:
"Un hijo del Inmaculado Corazón de María es un hombre que arde en
caridad y que abrasa por donde pasa; que desea eficazmente y procura por
todos los medios encender a todo el mundo en el fuego del divino amor.
Nada le arredra; se goza en las privaciones; aborda los trabajos; abraza
los sacrificios; se complace en las calumnias y se alegra en los
tormentos. No piensa sino cómo seguirá e imitará a Jesucristo en
trabajar, sufrir y en procurar siempre y únicamente la mayor gloria de
Dios y la salvación de las almas".
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